Llegamos nuevamente a esta fecha simbólica que cada año da lugar a discusiones y desviaciones parecidas. Si por qué hay que dedicar un día a la mujer si todos son los suyos… jefes enviando rosas… jefes invitando a sus secretarias a un motel… Una vez más hacemos el recuento: no se trata de un día postizo que quiera en abstracto y a-históricamente hacerle fiesta comercial a las mujeres, de eso ya tenemos bastante sin sentidos en nuestras sociedades.
Llega el 8 de Marzo y de nuevo nos confrontamos con algunas cosas: nuestro ser de mujeres en medio de una sociedad machista y patriarcal. Una sociedad que discrimina a la mujer que la explota doblemente, que la margina y minusvalora. En Colombia en concreto, los índices de violencia contra las mujeres aumentan: en lo que va de año, el número de las quemadas con ácido por sus compañeros se ha triplicado en relación a años anteriores. Nos llega además esta fecha en medio del debate por el atropello jurídico contra Vivian Morales (la fiscal general), que va a estar seguido de otro contra Sandra Morelli (la contralora general). En este país de corrupciones y quites a la ley, todo el rigor de nuestro santanderismo sólo se aplica en el caso de mujeres molestas. Por esa doble causa: porque pisan algunos callos sí, pero sobre todo porque se trata de mujeres en un país misógino.
No es una fiesta a la que nos inviten. Es una conmemoración. Conmemoramos nuestras luchas, nuestra memoria histórica, el avance de nuestras reivindicaciones. Conmemoramos las batallas ganadas y los derechos conquistados. Recuperamos la memoria de las luchadoras y las pioneras. Hacemos conciencia de que sin las pioneras, sin las ancestras, no disfrutaríamos hoy de lo que disfrutamos.
Denunciamos también las desigualdades que subsisten, los horrores que hoy todavía en tantas sociedades vivimos las mujeres. Denunciamos los atropellos, las injusticias, las ignominias, los silencios. Reivindicamos igualdades plenas, derecho sobre nuestros destinos y sobre nuestras vidas.
Pero sobre todo, cele.bramos y festejamos nuestro ser de mujeres. Bendecimos nuestro sexo, sentimos el orgullo de nuestra propia grandeza. Sentimos el orgullo de nuestra propia historia de género. Abrazamos a nuestras congéneres en un abrazo inmenso… y como Gioconda Belli, damos gracias porque hemos sido creadas mujeres.
Cali, semana del 5 al 11 de Marzo de 2012
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