sábado, 1 de diciembre de 2012

NAVIDAD, QUÉ SIGNIFICA? ¿QUÉ CELEBRAMOS ?




Carmiña Navia Velasco

UNA LUZ EN MEDIO DE LA OSCURIDAD

Los relatos por medio de los cuales se nos narra el nacimiento de ese niño llamado Jesús y muchos de los  textos litúrgicos con los que la Iglesia ha conmemorado por siglos la noche del 24 de Diciembre, son de una belleza poética impresionante e indiscutible. Seguir participando de la emoción que ellos producen en medio de un panorama cultural más o menos agnóstico como el que hoy vivimos, depende fundamentalmente de cómo los entendamos. 

Es claro que cuando nos enfrentamos a los llamados relatos de la infancia no nos estamos enfrentando a relatos o crónicas históricas, en ellos no se nos quiere transmitir una verdad de esas que la ciencia pretende demostrar. Es inútil, recorrer la geografía de Palestina o los libros de historia o astrología para descubrir los anales que nos hablen de los pastores que velaban ganados en mitad de la noche o los registros que den cuenta de un niño nacido en una cueva... o comprobar que una estrella gigante se mostró en esas latitudes por esos  días. 

Y sin embargo esos relatos, contienen un mensaje definitivo para el hombre y la mujer de hoy, muchas veces sumidos en tinieblas. Los relatos de Lucas y Mateo, son textos que hemos de entender como MIDRASH es decir: lecturas y relecturas del Primer Testamento, o meditaciones de nacimientos de hombres importantes en la historia y en la humanidad. Se quiere entonces presentar a Jesús como el héroe que nos trae salvación, como el Mesías, cuya obra sanadora se inicia desde el momento mismo de su concepción.

Raymond Bronw, lo dice más teológicamente: "¿Por qué Mateo y Lucas, sintieron la necesidad de poner un prólogo al bautismo con dos capítulos relativos a la infancia? Esta adición al evangelio se explica mejor a la luz del desarrollo de la Cristología. Mateo y Lucas vieron implicaciones cristológicas en los relatos que circulaban acerca del nacimiento de Jesús; o al menos vieron la posibilidad de introducir tales relatos en una narración compuesta por ellos mismos que sirviera de vehículo al mensaje de que Jesús era el Hijo de Dios que obraba para la salvación de la Humanidad"  (1).

Se trata entonces de textos que circulan entre los cristianos y cristianas y quieren expresar la grandeza del maestro, su carácter divino. Los relatos de infancia, recogidos en los evangelios canónicos no son ni mucho menos los únicos que circulaban en su época sobre el nacimiento y la infancia de Jesús, contamos con muchos más de ellos, los que se han conservado en el Segundo Testamento son quizás más austeros y poéticos que otros en los que se pretende explicitar demasiado.

Habría muchos elementos para retomar y releer en estos relatos de la infancia... ahora quiero destacar el hecho de que Jesús, el Mesías,  es presentado tanto en Lucas como en Mateo como el héroe de la luz. Es claro que si la infancia de Jesús, como infancia legendaria y mítica de un héroe no es recogida y transmitida de generación en generación en forma de MITO, no hablaría el lenguaje universal que habla y no diría nada sino a aquellos que previamente han asumido su divinidad, sin embargo la realidad es que estos textos siguen hablando al mundo y siguen inspirando poesía, pintura, cine y muchas otras formas simbólicas.

Eugen Drewermann, en uno  de los textos más bellos que sobre esta infancia se han escrito, hablando de su sentido más profundo, nos dice:
"La intuición más importante del sicoanálisis es sin duda, el haber afirmado que las imágenes del subconsciente no representan en absoluto fantasías subjetivas sino verdades objetivas previamente dadas que deciden literalmente, sobre la felicidad o la infelicidad, la salud o la calamidad, la muerte y la vida...
"No fundamentará bien una religión quien busque la verdad de un texto mítico donde no puede hallarse: en la naturaleza externa, en vez de la interpretación de la realidad exterior...
"Además para que nadie piense que mítico equivale a falso o a cuento de hadas, es necesario constatar que también el mito se halla en condiciones de abarcar cualquier idea de la vida y el mundo que  -aunque no sea religiosa- posee la misma profundidad y capacidad de comprensión que las ideas religiosas... La leyenda de una era científica emancipada de todos los mitos es en sí misma un mito de carácter  global (2).

Partiendo de una lectura psicoanalítica podemos ampliar nuestro concepto de revelación y comprender que las imágenes que salen de… / o hablan al fondo de nuestro corazón, son manifestaciones del misterio, palabras de vida.

El relato de nacimiento en Lucas, nos dice que en una noche de invierno, María dio a luz a su hijo, en medio de un pesebre porque no había sitio para ellos en la posada de la aldea. Igualmente nos dice que unos pastores que en la noche velaban su rebaño, fueron envueltos en una gran luz  y se les anunció el nacimiento del salvador. La Iglesia, desde muy tempranamente conmemoró este nacimiento durante el solsticio de invierno, es decir en una de las noches más larga, más oscuras y más frías del año.

Se trata de un relato según el cual Jesús nace, en medio de una larga y oscura noche, en mitad del campo, en una cueva... el Mesías es pues un hijo de la noche,   según lo dice Drewermann mismo: "Si el redentor fue dado a luz de noche, habrá razón sin duda, para confiar en que se muestre comprensivo en función de todo su ser, como hijo de la noche, con cualquier oscuridad y falta de perspectivas en  la vida. Aquella noche, añade la poesía a la piedad, era fría, heladoramente fría y solitaria y, no obstante,  en la pobreza y precariedad del establo reside precisamente, la razón para la confianza y el consuelo" (3).

Tanto en los relatos de Lucas; como en los de Mateo, en los que el salvador es anunciado a los magos por medio de una gran estrella que en la noche los guía;  como en los textos proféticos que anuncian y acompañan la liturgia de esos días... se habla de una gran luz que con el nacimiento de este pequeño niño ilumina la noche y aclara las tinieblas.

Estos relatos recogen lo mejor de las tradiciones paganas. Recogen mitología y leyendas cananeas, egipcias, griegas... para en últimas decirnos que ese pequeño niño nacido en un establo, hijo de José y de María, vino para introducir en nuestro corazón un camino de salvación, un camino de luz. Por esto mismo todas las tradiciones navideñas de carácter religioso, están unidas a múltiples formas de luz:  velas, luces, bengalas, cirios...

El niño Jesús, hijo de la noche, viene en medio de ella, pero desde allí, inicia un camino de iluminación. Su luz ilumina la noche. No se puede hablar de derrota, porque la noche siempre hará parte del caminar humano, es necesario comprender que el camino es el de la iluminación en medio de la noche, se instaura una estela de luz que permite guiarse, orientarse en la ruta.

"El pueblo que habitaba en tinieblas
vio una luz grande;
habitaban tierras de sombras,
y una luz les brilló"  
Es el canto de Isaías que abre las lecturas de la liturgia en la medianoche navideña. El brillo de esa luz no anula la oscuridad, pero sí le señala un norte, una posibilidad de salir al otro lado, mientras llega el amanecer.

Hombres y mujeres vivimos hoy en Colombia y en el mundo, en medio de la noche, en medio de la oscuridad; acosados y acosadas por la angustia, el miedo, el temor, el hambre, la guerra... Si lográramos vivenciar en nosotras y nosotros el mensaje del cual este niño es portador, podríamos reencontrar el sentido de la navidad, como el nacimiento de una oportunidad distinta, como la señal de una parábola que nos abre un camino hacia Dios, hacia nosotros y nosotras mismas, hacia el otro y la otra.

Sólo acogiendo esa luz en nuestro corazón podremos proyectarla en nuestras relaciones llenándolas de una nueva densidad, enrutándolas hacia un punto en el que la energía de Dios se proyecte ampliamente... sólo así lograremos construir un mundo de hermanos y de hermanas, un mundo de amigos y de amigas, un mundo en el que reinen la paz y la justicia.

Notas:
(1)  Raymond E. Brown:
EL NACIMIENTO DEL MESÍAS, Comentario a los Relatos de la Infancia
Ediciones Cristiandad, Madrid 1982

(2)  Eugen Drewermann:
TU NOMBRE ES COMO EL SABOR DE LA VIDA. Interpretación psicoanalítica de la infancia de Jesús, según el evangelio de Lucas.
Círculo de Lectores, Galacia Gutenberg - Barcelona 1995

(3)  Idem

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