DUELO Y DIGNIDAD II
Carmiña Navia Velasco
En Colombia seguimos
con esta especie de peste medieval, deporte preferido de los hombres: violar y
maltratar a las mujeres. No bastó con el empalamiento a Rosa Elvira, con las
torturas que le hicieron… los hechos continúan. Sombras perversas en los
parques, acecho en las esquinas, maridos asesinos. Jueces y fiscales corruptos que
dejan en libertad a los violadores y a los asesinos porque siempre hay una
trampa jurídica que permite esta libertad. Las mujeres muchas veces presas del
miedo se esconden en la noche.
Se propone una ley
que consiga una castración química para estos hombres deformados en su personalidad,
en su ¿sicología?, por supuesto en su ética y afectividad. Las mismas voces que
no quisieron aprobar una ley de no-ebriedad para los conductores dicen ahora
que esta ley no procede porque va contra la integridad de aquellos a quienes se
le aplique… pero no responden a la pregunta por la integridad de las mujeres
violadas, violentadas, abusadas.
Es cierto que en
concreto estos hombres pueden estar severamente enfermos y torcidos en el
desarrollo normal de su personalidad, pero también es cierto que estas
realidades sólo surgen en medio de unas formaciones sociales tolerantes y
cómplices con las agresiones y los delitos contra las mujeres.
La cultura machista
de nuestros países tolera y fomentas prácticas
menores de discriminación sexual: dichos machistas, chistes que se llaman
verdes y que general el equívoco siempre alrededor de la sexualidad femenina, columnistas
y humoristas cuya risa sólo puede sostenerse en estos temas, macartización de
los/las gays y la diversidad sexual. Tolerancia absoluta con los hombres que coleccionan mujeres, canciones del despecho que invitan a romper las caras con una cuchilla de esas de
afeitar…
De este tipo de
tolerancias a la complicidad hay un paso pequeño que se da inconscientemente en
cualquier momento.
Por eso las mujeres
tenemos que combinar todas las formas de lucha: la protesta social, la
solidaridad de género, el refuerzo de nuestras energías, de nuestras
resiliencias y fortalezas, la reconstrucción apoyada por nuestras redes,
círculos y grupos… La lucha por los marcos legales que garanticen la justicia y
que impidan la permanente impunidad. Igualmente la llamada al apoyo de todos
los compañeros, amigos, conocidos, columnistas, legisladores… que quieran
sumarse a la causa de la no-violencia contra las mujeres y contra todas las
formas de diversidad sexual.
Una de las grandes
complicidades en este terreno, nos duela o no… es la de la iglesia, la de
posturas fundamentalistas como la del procurador y otros sectores eclesiales
católicos y o protestantes que ignoran una y otra vez en sus discursos, en sus
homilías, en sus intervenciones la grave realidad de la violación, del maltrato
femenino, de los abusos sexuales tanto en sus propias filas como fuera de
ellas… Una vez más desde estas páginas llamamos a la oposición radical a que se
utilice en nombre de aquel que dijo: Las
prostitutas y los pecadores entrarán antes que ustedes en el reino de Dios,
para justificar ni remotamente cualquier discriminación por causas sexuales.
Cali, 10 de Junio de 2012
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