miércoles, 18 de julio de 2012


CONMEMORACIÓN DE LA FESTIVIDAD Y LA MEMORIA DE MARÍA DE MAGDALA, DISCÍPULA DE JESÚS DE NAZARET


La tradición de la iglesia católica celebra el día 22 de Julio, la fiesta de María Magdalena, apóstol de los apóstoles.  Fiesta conmemorada equívocamente por muchos siglos, como la una mujer, prostituta arrepentida, que se convirtió al seguir a Jesús: memoria robada… En los textos históricos, evangelios canónicos y extra-canónicos, hay evidencias claras de que María de Magdala fue una mujer fuerte, sin contactos con la prostitución, seguidora de Jesús y apóstol de su mensaje y su palabra. Quizás el mayor testimonio de esta realidad lo encontramos en el evangelio de Juan, capítulo 20 y en los evangelios de Pistis Shophia y el Evangelio de María. Este último, atribuido a la tradición eclesial que la tiene por patrona, es un documento de mediados del siglo II, perdido por siglos y hallado en la: Biblioteca Nag Hammadi II. De este texto, cercano al Gnosticismo pero muy rico desde el punto de vista femenino, transcribimos unos apartes.

(Santuario de María Magdalena, en Novelda - Provincia de Alicante, España)


APARTES DEL EVANGELIO DE MARÍA MAGDALA:

(…) “¿Qué es la materia?  ¿Durará por siempre?”
El Enseñador respondió:  “Todo lo nacido, todo lo creado, todos los elementos de la naturaleza están vinculados y unidos entre sí.  Todo lo compuesto se descompondrá;  todo volverá a sus raíces;  la materia regresará a los orígenes de la materia. Quien tenga oídos para oír, que oiga.”
Pedro le dijo: “Puesto que te haces intérprete de los elementos y sucesos del mundo, dinos:   ¿Qué es el pecado del mundo?”

El Maestro dijo:
“No hay pecado.  Son ustedes quienes hacen que el pecado exista cuando obrar según los hábitos de su naturaleza adúltera; ahí está el pecado.  Por eso el Bien ha venido a ustedes; ha compartido los elementos de su naturaleza para volverla a unir a sus raíces.”
Dijo a continuación:   Por eso están enfermos y por eso morirán: tal es la consecuencia de sus actos;  hacen lo que les aleja… Entiéndanlo quien pueda.”

“El apego a la materia engendra una pasión contra natura.  Nace entonces el desorden en todo el cuerpo;  por tanto les digo:
“Estén en armonía…”  Si están perturbados, inspírense en las representaciones de su verdadera naturaleza.  Quien tenga oídos para oír que oiga.”
Dicho esto, el Bienaventurado los saludó a todos diciendo:   “¡Paz a ustedes! ¡Que mi Paz sea engendrada y se cumpla en ustedes!”.
Cuiden de que nadie les engañe diciendo:
“Está aquí o está allá!”  Pues es en su interior donde está el Hijo del Hombre; síganlo: los que le buscan le encuentran.  ¡En marcha!

Anuncien el Evangelio del Reino.
“No impongan ninguna regla,  salvo aquella de la que fui Testigo.  No añadan leyes a las del que dio la Tora, para no ser esclavos de ellas.”
Dicho esto, se fue.  Los discípulos estaban apenados; derramaron muchas lágrimas, diciendo:   “¿Cómo iremos entre los pagaos a anunciar el Evangelio del Reino del Hijo del Hombre?  Si a él no le trataron bien,  ¿cómo nos tratarán a nosotros?”

Entonces María se levantó, los besó a todos y dijo a sus hermanos:
“No estén tristes ni duden, porque su gracia nos acompañará y protegerá: alabemos más bien su grandeza, por habernos preparado.  Él nos llama a ser plenamente humanos”.
Con estas palabras, María orientó sus corazones hacia el Bien, y quedaron iluminados para (entender) las palabras del Maestro.
(…) “Salí del mundo gracias a otro mundo; quedó borrada una representación gracias a otra representación más alta.  En adelante voy hacia el Descanso, donde el tiempo reposa en la Eternidad del tiempo.  Voy al Silencio.”
Dicho esto, María calló.  Así conversaba ella con el Maestro.

Andrés tomó la palabra y se dirigió a sus hermanos:
“Decid, ¿qué piensan de o que acaba de contarnos?
Por mi parte, no creo que el Maestro haya hablado así; esos pensamientos son distintos de los que hemos conocido.”
Pedro añadió:
“¿Es posible que el Maestro haya conversado de ese modo con una mujer, acerca de secretos que nosotros ignoramos?
¿Habremos de cambiar nuestras costumbres y escuchar todos a esa mujer?
¿De veras la ha escogido y preferido a nosotros?”

 María, entonces, se echó a llorar.  Dijo a Pedro:
“Pedro, hermano mío.  ¿qué tienes en la cabeza?
¿Crees que yo sola me lo he imaginado, me he inventado esa visión, o que estoy mintiendo acerca de nuestro Enseñador?”
Leví tomó la palabra:
“Pedro, tú siempre has sido un impulsivo; veo ahora que  te ensañas contra la mujer, como lo hacen nuestros adversarios.  Sin embargo,  si el Enseñador la ha hecho digna, ¿quién eres tú para rechazarla?
No cabe duda que el Maestro la conoce muy bien…  La amó más que a nosotros.
Arrepintámonos, pues, y seamos el Hombre en su totalidad: dejémosle arraigar en nosotros y crecer como lo pidió.  Salgamos a anunciar el Evangelio  sin tratar de establecer otras reglas y leyes, excepto aquella de la que él fue testigo”.
En cuanto Leví pronunció estas palabras, se pusieron en camino para anunciar el Evangelio.

[De, El evangelio según María.]


(María Magdalena leyendo, Roger Van deir Weyden)


MEMORIA  DE MARÍA DE MAGDALA.

La memoria de esta mujer, cercana a Jesús, ha sido recogida por múltiples tradiciones… ha sido ignorada, deformada, convertida en prostituta y en diosa… Especialmente en la tradición artística y literaria su imagen ha permanecido a través de los años como la de una mujer atrapada en las redes de la sexualidad, siempre regresa con nuevas expresiones que refuerzan esta falsa leyenda. En una tradición soterrada que recientemente ha salido a la luz, es recordada y venerada como la esposa de Jesús de Nazaret y como la madre de sus hijos. Pero su memoria como discípula y misionera en igualdad de condiciones de otros discípulos varones como Pedro, Andrés, Juan o Tomás… esta memoria le ha sido injustamente robada.

Ha sido necesario llegar al siglo XX, para rastrear los pasos de una tradición marginal en las iglesias cristianas, que ha mantenido en alto esta memoria y la ha salvaguardado en medio de los avatares de la misoginia eclesial. En esa tradición, la de María de Magdala como maestra evangélica y espiritual, se inscribe este blog y esa es la memoria que queremos recuperar.


domingo, 10 de junio de 2012


DUELO Y DIGNIDAD II 

Carmiña Navia Velasco



En Colombia seguimos con esta especie de peste medieval, deporte preferido de los hombres: violar y maltratar a las mujeres. No bastó con el empalamiento a Rosa Elvira, con las torturas que le hicieron… los hechos continúan. Sombras perversas en los parques, acecho en las esquinas, maridos asesinos. Jueces y fiscales corruptos que dejan en libertad a los violadores y a los asesinos porque siempre hay una trampa jurídica que permite esta libertad. Las mujeres muchas veces presas del miedo se esconden en la noche.

Se propone una ley que consiga una castración química para estos hombres deformados en su personalidad, en su ¿sicología?, por supuesto en su ética y afectividad. Las mismas voces que no quisieron aprobar una ley de no-ebriedad para los conductores dicen ahora que esta ley no procede porque va contra la integridad de aquellos a quienes se le aplique… pero no responden a la pregunta por la integridad de las mujeres violadas, violentadas, abusadas.

Es cierto que en concreto estos hombres pueden estar severamente enfermos y torcidos en el desarrollo normal de su personalidad, pero también es cierto que estas realidades sólo surgen en medio de unas formaciones sociales tolerantes y cómplices con las agresiones y los delitos contra las mujeres.

La cultura machista de nuestros países tolera y fomentas prácticas menores de discriminación sexual: dichos machistas, chistes que se llaman verdes y que general el equívoco siempre alrededor de la sexualidad femenina, columnistas y humoristas cuya risa sólo puede sostenerse en estos temas, macartización de los/las gays y la diversidad sexual. Tolerancia absoluta con los hombres que coleccionan  mujeres, canciones del despecho que invitan a romper las caras con una cuchilla de esas de afeitar…

De este tipo de tolerancias a la complicidad hay un paso pequeño que se da inconscientemente en cualquier momento.

Por eso las mujeres tenemos que combinar todas las formas de lucha: la protesta social, la solidaridad de género, el refuerzo de nuestras energías, de nuestras resiliencias y fortalezas, la reconstrucción apoyada por nuestras redes, círculos y grupos… La lucha por los marcos legales que garanticen la justicia y que impidan la permanente impunidad. Igualmente la llamada al apoyo de todos los compañeros, amigos, conocidos, columnistas, legisladores… que quieran sumarse a la causa de la no-violencia contra las mujeres y contra todas las formas de diversidad sexual.

Una de las grandes complicidades en este terreno, nos duela o no… es la de la iglesia, la de posturas fundamentalistas como la del procurador y otros sectores eclesiales católicos y o protestantes que ignoran una y otra vez en sus discursos, en sus homilías, en sus intervenciones la grave realidad de la violación, del maltrato femenino, de los abusos sexuales tanto en sus propias filas como fuera de ellas… Una vez más desde estas páginas llamamos a la oposición radical a que se utilice en nombre de aquel que dijo: Las prostitutas y los pecadores entrarán antes que ustedes en el reino de Dios, para justificar ni remotamente cualquier discriminación por causas sexuales.


Cali, 10 de Junio de 2012

sábado, 2 de junio de 2012




DUELO Y DIGNIDAD
Carmiña Navia Velasco

Unos amigos, en medio de una reunión en una discoteca, en Bogotá, violaron y mataron a Rosa Elvira Cely, una mujer joven de 30 años que soñaba con terminar su bachillerato, estudiar sicología y ver crecer a su hija. No sólo la violaron, la ultrajaron salvajemente: introdujeron por su vagina y por su ano materia fecal, materia vegetal, produciéndole peritonitis, infección y finalmente la muerte en medio de una situación espantosa.

Esta mañana, en una reunión de 12 mujeres, compartimos testimonios directos y cercanos de situaciones parecidas, a fines del 2011, en Guapi, un marido violó a su mujer y le introdujo por la vagina un secador prendido, la mató también. Hace no más de 15 días en el centro comercial Río Cauca de Cali se encontraron en los baños, dos jovencitas de 14 y 15 años violadas y asesinadas. En los últimos dos meses en el sector de Alto Nápoles un hombre ha violado a varias mujeres mayores que viven solas en sus precarias viviendas… Hoy mismo conocemos una nueva denuncia: Autoridades y comunidad indígena del Resguardo Nasa Uh, denuncian el acceso carnal violento cometido por un militar contra Floralba Yunda Dizú, mujer indígena que se encontraba en estado de indefensión, el viernes 18 de mayo.

Parece una epidemia. ¿Qué ocurre en la mente aberrada y enferma de estos hombres que necesitan convertir a la mujer en un objeto degradado, en un instrumento de sus horrores y sevicias? ¿Qué pasa con el sexo femenino que tiene que ser ultrajado y domado de esta manera, qué temores produce, que miedo o retos espantosos despierta? Definitivamente parece estar maldita una sociedad en la que la sexualidad se convierte en horror, en la que el cuerpo humano no es camino hacia el goce, el placer y el amor, sino medio de venganza y de sentimientos terribles.

¿En qué sociedad estamos viviendo, qué sociedad estamos formando… que produce estos hombres tan absolutamente enfermos, estas mentes radicalmente torcidas? Este sistema patriarcal llega hasta límites que no pueden imaginarse, ni soñarse. Estamos en una espiral que no parece tener ni tocar fondo. Espiral sin salida aparente aunque las mujeres multipliquemos nuestras voces de denuncia y protesta. Responsabilidad de todos y de todas: familias, escuelas, colegios, iglesias, círculos de amistades, de relaciones…

El duelo que vivimos, es por las mujeres violadas y ultrajadas sí… pero es también por una sociedad que perdió sus caminos, que se retuerce a sí misma, que ahoga sus desorientaciones en maldad refinada, en indiferencia cómplice, en preguntas que no se hace, en reorientaciones que no se da.

En un sistema impune como este, los violadores de Cely y es posible que de algunas otras pasen algunos días en la cárcel, a lo mejor, con muchísima suerte algunos años. Por cada uno de ellos, habrá muchos que harán lo mismo o cosas parecidas… Es necesaria una reorientación de fondo en el manejo del deseo, en el respeto a la otra, al cuerpo de cada mujer y cada hombre. ¿Cómo enfrentar conjuntamente este reto que quizás nos regrese a una sociedad en la que sea posible vivir y amarnos? ¿Una sociedad en la que el cuerpo de la mujer no sea un llamado a la afrenta?
 
Santiago de Cali, 2 de Junio de 2012






viernes, 18 de mayo de 2012

María, figura traicionada


Daniela Vega  Guzmán
 El mes de mayo para una gran multitud es el mes consagrado a la Virgen María, pero consagrado a una mujer que los hombres durante siglos en los púlpitos han dibujado.   A María, la han retratado como la madre eterna, la amorosa, la paciente, la servicial, la mujer sumisa, en fin, María modelo a seguir.  Toda imagen donde se ha delineado a esta mujer nos muestra un rostro afligido, doloroso, con un aura de infinita pasividad.  Pero:   ¿será esta la verdadera María?

Para hablar de María hay que leer los Evangelios entre líneas, pues es poco lo que se cuenta de ella en las sagradas escrituras.  En el mundo donde nació  María, la palabra de la mujer no tenía ninguna validez,  debían solo acatar órdenes, pero ella está lejos de la imagen de mujer pasiva, fue todo lo contrario,  a pesar de su juventud tuvo un carácter definido, María rompe la regla del silencio y la sumisión cuando se atreve a cuestionar las palabras del ángel Gabriel al expresar su duda de cómo quedaría encinta,  si no conocía varón[1],  parece sencillo y carente de valor este gesto de la interrogación, pero recordando la situación de la mujer, resulta un acto cargado de simbolismo.  Lo mejor es que ahí no termina su acto de valentía, pues ella estaba comprometida para  contraer nupcias con un varón de la casa de David, llamado José, aceptar llevar vida en su vientre era exponerse a morir apedreada, ya que esa era la forma de castigar a la mujer adúltera en su época, aun viendo el riesgo que corría su vida, fue mayor su devoción y acepta su nuevo destino con gozo.

El ser de María rebosa en palabra sabia, lejos de la mujer silenciosa que siempre nos han retratado, es María la que protagoniza uno de los pocos diálogos femeninos que aparecen a lo largo de toda la biblia ­­–La visita a su prima Elisabeth[2]–, un diálogo entre gestadoras de vida, gestadoras de  cambio colectivo.  María, anuncia las transformaciones que estaban por venir: la exaltación de las y los humildes, la reivindicación de las mujeres  Mi espíritu está transportado de gozo en el Dios salvador mio.48 Porque ha puesto los ojos en la bajeza de su esclava: porque tanto desde ahora me llamarán bienaventurada todas las generaciones”.  Ya María defendía la presencia de la mujer y su valor en toda sociedad y en todo tiempo.

Todos los episodios bíblicos están marcados por una presencia masculina fuerte donde no hay cabida a la mujer, pero la presencia de María es tan dinámica que a pesar de todos los intentos su imagen no ha podido ser acallada, y no es precisamente por su debilidad y sumisión, sino porque María es autoridad, su voz es tan respetada que todo un Dios no pudo rehusar a su palabra, esto se manifiesta con  toda claridad  en las Bodas de Caná, cuando es María quién le dice a Jesús lo que debe hacer a pesar del no querer del hijo:  “¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora””[3], su voz de mando se concreta cuando le dice a los que  servían: "Haced lo que él os diga".

María dista mucho de una imagen dolorosa, por el contrario, es coraje en todo el sentido de la palabra es quien sigue los pasos que recorrió Jesús al calvario y no a la distancia como lo hicieron los hombres –sus discípulos–,  sino de cerca y en ningún momento en las escrituras no la muestran llorando o desgarrada por el dolor, sino que la evidencian como una figura fuerte que observa.

Otro pasaje tergiversado de la vida de María es en el momento que Jesús estando en la cruz, la mira y le dice: “Madre, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo (Juan): Hijo, he ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa”[4].   Este pasaje nos lo han mostrado como un hecho de debilidad, al morir el hijo la madre queda desprotegida, desamparada;  pero si hacemos otra lectura es todo lo contrario, Jesús, es sabedor de toda la fuerza que guarda esa mujer como guía,  como impulsadora,  María después de la muerte siguió manteniendo un fuerte vínculo con la palabra de Jesús, siguió anunciando la palabra de su hijo a pesar de los riesgos.

En últimas, fueron las mujeres como María-madre quienes acompañaron a Cristo en su vida, en el momento de su muerte y fueron ellas quienes experimentaron el gozo de su resurrección, merecedoras de tal maravilla porque creyeron, siguieron y se  mantuvieron firmes.  Jesús, sabía de la fuerza, la valentía,  la decisión de las mujeres y por ello siempre se rodeó de ellas;  por tanto, las mujeres bíblicas distan mucho de los retratos construidos por el pensamiento masculino.  Así que démonos a la tarea de mirar más allá de esas figuras establecidas y leamos entre líneas los silencios e interpretémoslos ya que es ahí donde se encuentran otros sentidos.





[1]El ángel anuncia a la Virgen María la maternidad divina. (Lc. 1,26-38)
[2]María visita a su prima Isabel. (Lc.1,39-45)
[3]En Caná de Galilea, Jesús realiza su primer milagro. (Jn.2,1-12)
[4]Crucifixión y muerte de Jesús (Jn.19,25-27)

domingo, 13 de mayo de 2012





Declaración del Círculo María de Magdala en Cali – Colombia


Las religiosas de Norteamérica están siendo condenadas y supervisadas por los obispos, por orden del Vaticano, en sus modernas dependencias inquisitoriales. ¿Por qué las supervisan? ¿Han abusado de niñas? ¿Han robado dinero en sus parroquias o colegios? ¿No atienden a quien las necesita? Nada de ello hay en el comunicado que les ha sido enviado, si por algo se distinguen estos círculos de mujeres es por su fidelidad al evangelio y su acompañamiento a sus vecinos en situaciones de dificultad y dolor. Mujeres valientes y audaces que viven su cristianismo en medio del un mundo en movimiento y en demandas.

Pero hay cosas que a los señores obispos, desde su lejanía y su doble moral (una para juzgar las pederastias de los curas, otra para juzgar a las mujeres), no les gusta y prefieren que las monjas permanezcan en una especie de minoría de edad perpetua, sin pensar y sin desobedecer.

El comunicado enviado les dice que sus posturas feministas (no las definen…), que su posición frente a los gays y lesbianas –diferente a la de la iglesia- y sus posiciones frente al aborto y la gestación las hace caer bajo sospecha. Están desviadas y deben ser reorientadas en su organización y en su pensamiento. Los señores obispos no han sido notificados aún de la mayoría de edad del hombre y la mujer en el siglo XXI, mayoría de edad que la iglesia tiene que no sólo admitir sino acoger a riesgo de que sus templos se queden aún más vacíos.

Por parte del Vaticano esta actitud muestra, como otras, no solo intolerancia y pretensiones absolutas de verdad, sino desconocimiento de los caminos que recorre la humanidad en la búsqueda de su destino. Desconocimiento y distancia de las sensibilidades y preocupaciones de los hombres y las mujeres, desconocimiento y distancia de la autocomprensión de la humanidad en los nuevos paradigmas tanto éticos como sociopolíticos. Dictaminar sin comprender… muy propio de las prácticas eclesiales, pero muy lejos una vez más del maestro galileo.

Queremos hacer llegar hasta nuestras hermanas, una voz de sororidad, y de aliento. Lo importante es la fidelidad a nuestras propias búsquedas, la fidelidad a los caminos de solidaridad y comprensión de los ambientes en los que florecemos… No la supuesta ortodoxia u obediencias debidas. Somos millones en el mundo las y los que compartimos sus sentires.


Cali, Mayo de 2012




miércoles, 2 de mayo de 2012



Inquisición Siglo XXI

Carmiña Navia Velasco
Cali, Mayo de 2012


La actitud de los obispos en la mayoría de las Conferencias Episcopales y las condenas del órgano inquisitorial vaticano, se están haciendo cada vez más insoportables. Cada día hay menos razones para aceptar las posturas de una jerarquía eclesiástica que olvidó hace ya tiempo los caminos del evangelio de Jesús. Una jerarquía que en lugar de acompañar esparce por aquí y por allá semillas de sufrimiento y de condenas monológicas, que por otro lado a poca gente importan ya.

Recientemente la Conferencia Episcopal colombiana decidió que en el siglo XXI, cuando las sociedades de Occidente han llevado a cabo revoluciones radicales en sus maneras de vivir y de entenderse, no hay más que un tipo de familia… familia que quizás existe en sus manuales -que no en sus prácticas-, pero que en el conjunto social, si llegan a encontrarse todavía, son una ínfima minoría.

Desde esta decisión, se oponen a que homosexuales y lesbianas puedan organizarse emocional, afectiva y socialmente, como deseen, como sea mejor para su estabilidad y su ubicación social. Desconoce los matrimonios entre parejas del mismo sexo, se opone militantemente a que estas parejas puedan adoptar y educar hijos e hijas… todo ello con el argumento de que no constituyen, ni pueden constituir una familia, porque la familia –según ellos, célula de la sociedad- está compuesta por una mujer, un hombre y los hijos nacidos de esa unión.

Cómo dije ya, ¿quién ha decretado que sólo esa familia existe, cuando se trata de un modelo en vías de extinción? ¿En dónde arraigan ellos su autoridad, para desconocer los múltiples tipos de familia, que mujeres y hombres buscan hoy? La iglesia, en lugar de acompañar de cerca las búsquedas humanas actuales, se sitúa en un plano a-histórico y a-espacial para condenar realidades sagradas desde las que la Divinidad nos habla.

En este mismo sentido la Conferencia Episcopal española condena (¿?) a un teólogo del peso académico y de la solvencia intelectual de Andrés Torres Queiruga, por el simple hecho de querer dialogar desde la tradición cristiana con las inquietudes, el pensamiento y los sentires de hombres y mujeres de estos años 2000. Si no fuera porque aún a mucha gente estos absurdos le generan dolor y porque pueden desorientar a las mentes y conciencias sencillas, las declaraciones eclesiales de condena producirían hoy risa. Porque no se condena las prácticas de abusos sexuales, las inmensas injusticias económicas, las múltiples violencias, la depredación del planeta, la usura de los financieros que están produciendo esta crisis… Eso no se condena, no. Se condenan prácticas de amor y de diálogo, de búsqueda intelectual, de renovación en las prácticas religiosas, se condena el empeño de actualizar las representaciones teológicas y las relecturas de la palabra Bíblica.

El broche de oro de esta carrera de equivocaciones y estupideces lo constituye la recién condena a la Asociación de Religiosas Norteamericana. Se les condena, se les pone bajo tutela, porque -dicen desde el vaticano- que son demasiado feministas, que no comparten el pensamiento eclesial sobre los gay y sobre la polémica alrededor del aborto y de los finales de la vida y el sufrimiento que conllevan.

¿Cómo se pueden compartir posturas que perdieron la llave de sí mismas, alrededor de temas tan vitales y tan oscuros cómo esos límites entre la vida y la muerte… alrededor de condenas a prácticas sexuales que han existido siempre y que son expresiones diversas de la constitución del hombres y la mujer? ¿Cómo se puede desconocer el trabajo y las prácticas de amor y sororidad de las religiosas de este país que por siglos han acompañado a las gentes en sus búsquedas de realización, de luchas y de amores? ¿Cómo se puede vivir actualmente de pretendidas ortodoxias, en la sociedad de la vulnerabilidad y de lo efímero?

La iglesia romana no puede pretender seguir cerrando el pensamiento y la conciencia de la humanidad, en un cautiverio perpetuo. Porque a nivel religioso y espiritual los hombres y las mujeres de Occidente hemos entrado en la mayoría de edad y la búsqueda del ámense unos a otros como yo los he amado,  no pasa ya por candados de los cuales las llaves las esconden autoridades que no se ejercen ni en el sentido bíblico, ni mucho menos en el democrático. Afortunadamente la experiencia de la Divinidad y el acercamiento al maestro de Galilea no pasan más por las oficinas de Roma (ciudad imperial por excelencia). Como dice Ezequiel desde hace más o menos 28 siglos: Tiemblen esos pastores.


domingo, 29 de abril de 2012



La inquisición actual y las religiosas norteamericanas
Ivone Gebara - Escritora, filósofa e teóloga



Una vez más hemos visto horrorizadas "la evaluación doctrinal" o llamada de atención o castigo dirigido por la Congregación de la Doctrina de la Fe a quien, según ella, sale fuera de la observancia de la correcta doctrina católica. Solo que en esta ocasión el dedo acusador no señala solo a una sola persona, sino a una institución que agrupa y representa a más de 55.000 religiosas de Estados Unidos. Se trata de la Conferencia Nacional de las Religiosas, conocida por su sigla LRWC – Conferencia de Liderazgo Religioso Femenino. Estas religiosas a lo largo de su historia desarrollaron y aún desarrollan una amplia misión educativa por la dignidad de muchas personas y grupos, dentro y fuera de los Estados Unidos.

La mayoría de estas mujeres pertenecientes a diferentes congregaciones nacionales e internacionales, además de su formación humanista cristiana, son intelectuales y profesionales en diferentes campos del conocimiento. Son escritoras, filósofas, biólogas, teólogas y sociólogas, abogadas; tienen un amplio curriculum y competencia reconocida nacional e internacionalmente. También son educadoras, catequistas y promueven la práctica de los derechos humanos.

En muchas situaciones fueron capaces de exponer su vida en favor de personas víctimas de injusticias o se opusieron a las conductas gravemente injustas y opresivas asumidas por el gobierno de los Estados Unidos. Tuve el honor de conocer a algunas de ellas que han sido detenidas porque se pusieron en la primera fila en las manifestaciones que demandaban el cierre de la Escuela de las Américas, institución de Gobierno estadounidense que prepara a militares latinoamericanos para actuar en sus respectivos países de forma cruel y represiva. Estas religiosas son mujeres de reflexión y acción con un largo historial de servicios no sólo en su país, sino en muchos otros.

Actualmente están bajo sospecha y bajo la tutela del Vaticano. Son criticadas por estar en desacuerdo con los obispos, considerados "Los auténticos maestros de la fe y la moral”. Y además, están siendo acusadas de ser partidarias de un feminismo radical, de desviaciones de la doctrina católica romana, de complicidad en la aprobación de las uniones homosexuales y otras acusaciones que nos llegan a espantar por su anacronismo.

¿Que sería un feminismo radical? ¿Cuáles serían sus manifestaciones reales en la vida de las congregaciones religiosas femeninas? ¿Cuáles desviaciones teológicas estarían viviendo las religiosas? ¿Nosotras las mujeres estaríamos siendo vigiladas y castigadas por no conseguir ser fieles a nosotras mismas y a la tradición del Evangelio, a través de un sometimiento ciego al orden jerárquico masculino? ¿Estarán los responsables de las Congregaciones vaticanas ajenos a la gran revolución feminista mundial que tocó todos los continentes e inclusive a las congregaciones religiosas?

Muchas mujeres religiosas en los Estados Unidos y otros países son herederas, maestras y discípulas de una de las expresiones más interesantes del feminismo mundial, particularmente del feminismo teológico que se desarrolló en los Estados Unidos desde finales de la década de los sesenta. Sus ideas originales, críticas y posturas libertarias han llevado a una nueva lectura teológica, que les ha posibilitado acompañar a los movimientos de emancipación de la mujer. De esta manera pudieron contribuir a repensar nuestra tradición religiosa cristiana en el rumbo de superar la invisibilización y la opresión de las mujeres. Crearon también espacios alternativos de formación, textos teológicos y celebrativos para que la tradición del Movimiento de Jesús no fuese abandonada por miles de personas cansadas con el peso de las normas y estructuras religiosas patriarcales.

¿Qué actitudes tomar ante ese anacronismo y la violencia simbólica de los órganos curiales y administrativos de la Iglesia Católica Romana? ¿Qué pensar de su marco de referencia filosófico rígido que asimila lo mejor del ser humano a lo masculino? ¿Qué decir acerca de su visión antropológica unilateral y misógina desde la que interpretan la tradición de Jesús?

¿Qué pensar de este tratamiento administrativo punitivo a partir del cual se nombra a un arzobispo para revisar, orientar y aprobar las decisiones tomadas por la Conferencia de Religiosas como si fuésemos incapaces de discernimiento y lucidez? ¿Seríamos acaso una empresa multinacional capitalista en la que nuestros "productos" deberían acatar los dictados de una línea de producción única? Y para mantenerla ¿debemos ser controladas como autómatas por quienes se consideran dueños y guardianes de la institución? ¿Dónde queda la libertad, la caridad, la creatividad histórica, el amor sororal y fraternal?

Al mismo tiempo que la indignación, nos invade un sentimiento de fidelidad a nuestra dignidad de mujer y el Evangelio anunciado a los pobres y marginados nos invita a reaccionar ante este acto repugnante de injusticia.

No es de ahora que los prelados y los funcionarios de la Iglesia actúan con dos pesos y dos medidas. Por un lado las altas instancias de la Iglesia Católica fueron capaces de acoger nuevamente en su seno a grupos de extrema derecha cuya historia nociva, principalmente para jóvenes y niños, es ampliamente conocida. Pienso especialmente en los Legionarios de Cristo, de Marcial Maciel (México) o en los religiosos de Monseñor Lifevre (Suiza) cuya desobediencia al papa y sus métodos coercitivos para conquistar discípulos es testimoniada por muchos.

Esta misma iglesia institucional acoge y recibe a hombres que le interesan por su poder y repudia a las mujeres que desea mantener sumisas. Con su actitud las expone a críticas ridículas difundidas incluso por medios de comunicación católicos de mala fe. En estas mujeres los prelados parecen reconocer formalmente cierto mérito cuando sus acciones se centran en aquellas tareas tradicionalmente ejercidas por las religiosas en las escuelas y en los hospitales. ¿Pero somos sólo eso?

Somos conscientes de que en ningún momento en los Estados Unidos surgió la más mínima posibilidad de que estas religiosas hubieran violado a jóvenes, adolescentes, niños y ancianos. Ninguna denuncia pública manchó su imagen. De ellas no se dice que se aliaran con los grandes bancos internacionales para su propio beneficio. Ninguna denuncia de tráfico de influencias, intercambio de favores para mantener el silencio de la impunidad. Y aún con toda esa trayectoria ninguna de ellas ha sido canonizada ni beatificada por las autoridades eclesiásticas, como sí lo hicieron en casos de hombres con poder. El reconocimiento de esas mujeres viene de las muchas comunidades y grupos cristianos o no, que comparten su vida y sus trabajos con muchas de ellas. Y estos grupos, ciertamente no callarán ante esa "evaluación doctrinal" injusta. que también los afecta directamente

Plagiando a Jesús en su Evangelio me atrevo a decir: "Tengo pena de estos hombres” que no conocen de cerca las contradicciones y las bellezas de la vida, que no permiten a sus corazones vibrar abiertamente con las alegrías y sufrimientos de las personas, que no aman el tiempo presente, que prefieren la estricta ley a la fiesta de la vida. Solo aprendieron las reglas inflexibles de una doctrina cerrada en una racionalidad ya obsoleta y desde ella juzgan la fe de los demás y especialmente de las mujeres. Tal vez piensan que Dios los aprueba y se somete a ellos y a sus elucubraciones tan lejanas de los que tienen hambre de pan y justicia, de los hambrientos, los abandonados, de las prostituidas, de las violadas y olvidadas.

¿Hasta cuándo tendremos que sufrir bajo su yugo? ¿Qué postura nos inspirará el "Espíritu que sopla donde quiere" para que permanezcamos fieles a la VIDA presente en nosotros?

A las queridas hermanas estadunidenses de la LWRC mi agradecimiento, cariño y solidaridad. Si ustedes están siendo perseguidas por el bien que hacen, probablemente su trabajo producirá abundantes y buenos frutos. Sepan que, unidas a ustedes, mujeres religiosas de otros continentes no permitiremos que silencien vuestra voz. Pero si callaren por un decreto del papel, nosotras haremos de ese decreto una razón más para seguir luchando por la dignidad humana y la libertad que nos constituye. Continuaremos de muchas maneras, anunciando el amor al prójimo como clave de comunión humana y cósmica presente en la tradición de Jesús de Nazaret y en muchas otras, aunque de diferentes maneras. Vamos a seguir tejiendo juntas en nuestro momento histórico un pedazo más de la vasta historia de afirmación de la libertad, el derecho a ser diferentes y pensar diferente y todo esto tratando de no tener miedo a ser feliz.

Abril 2012.